Mucho se ha dicho acerca de lo que los ciudadanos debemos hacer para cuidar el ambiente, sobre modificar nuestras costumbres, cambiar conductas y sobre el uso que le damos al agua o la energía.
Pero mientras tanto, ¿qué hacen los grandes países para cuidar el ambiente? Porque lo cierto es que de nada valdrán nuestros esfuerzos individuales sino las naciones más poderosas no cambian sus políticas ambientales.
Es un ejemplo que estos países deben dar. La conducción sostenible del medio ambiente y los recursos naturales es decisiva para el crecimiento económico y el bienestar humano.
El crecimiento inclusivo y la reducción de la pobreza son posibles si los recursos naturales renovables, las cuencas hidrográficas y los paisajes terrestres y marinos productivos se administran adecuadamente.
Estos recursos, estas cuencas y estos paisajes proveen cientos de millones de medios de sustento porque regulan el aire, el agua y el suelo de los que todos los seres humanos dependemos.
Además, la biodiversidad y los ecosistemas saludables son fundamentales para el crecimiento a largo plazo de sectores económicos como la agricultura, la repoblación forestal, la pesca y el turismo.
¿Están los grandes países haciendo lo suficiente para conservar estos recursos y no perderlos para siempre? ¿Cuáles de estas naciones lo hacen mejor y dan un ejemplo a seguir?
¿Qué sucede entretanto en los países en desarrollo? ¿Qué hacen al respecto organismos como las Naciones Unidas?
Las respuestas las encontrarás leyendo este artículo.
Mala administración del ambiente
Una tercera parte de las 100 ciudades más grandes del mundo consiguen su abastecimiento de agua de áreas protegidas y los medios de manutención de más de 300 millones de personas dependen de la pesca, la acuicultura y el turismo marítimo.
No obstante, la plenitud de estos recursos naturales primordiales está cada vez más comprometida.
Diversos estudios han determinado que entre el 60 % y el 70 % de los ecosistemas del mundo se degenera más rápido de lo que puede recuperarse.
Y esto tiene consecuencias económicas notables. La mala administración del medio ambiente y los recursos naturales causa pérdidas económicas reveladoras.
Por sólo citar un ejemplo dramático, cada año se pierden entre 50 mil millones y 100 mil millones de dólares por la mala gestión de la pesca en los océanos.
Además, la exposición a la contaminación del suelo, el agua y el aire causa millones de muertes prematuras, de acuerdo con la Alianza Mundial sobre Salud y Contaminación.
Y, obviamente, los países en desarrollo son siempre los más afectados.
Mientras esto sucede la Organización de Naciones Unidas (ONU) desarrolla múltiples acciones para lograr que los países frenen el daño ambiental.
La gravedad del asunto
Por tratarse de un foro internacional para generar consenso y negociación de acuerdos, las Naciones Unidas afrontan problemas mundiales como el cambio climático, el agotamiento de la capa de ozono, los desechos tóxicos, la pérdida de bosques y especies y la contaminación de la atmósfera y el agua.
Existe la convicción de que si no se le da solución a estos problemas, en los años venideros los mercados y las economías del planeta serán insostenibles.
Y es que el menoscabo de medio ambiente irá absorbiendo el capital natural que compone la base del crecimiento y de la conservación humana.
Ya desde 2007, hay plena consciencia de la gravedad del asunto.
En ese año, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, donde participan 2 mil científicos de alto nivel emitió una evaluación científica en la que concluyó sin lugar a dudas que el cambio climático es un fenómeno real y que la actividad humana es una de sus orígenes fundamentales.
Igualmente, los 194 miembros de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático han negociando acuerdos para aminorar las emisiones que favorecen al cambio climático y para lograr adecuarse a sus efectos.
Acciones y recursos
Las acciones son variadas y desde diversos ángulos. Por ejemplo, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y otros organismos de las Naciones Unidas han estado a la delantera de las actividades de concienciación.
38 organismos de la ONU han forjado una alianza para hacer frente al problema. Uno de ellos, el Fondo para el Medio Ambiente Mundial, constituido por 10 agencias, financia proyectos en los países en desarrollo.
Cada año se destinan alrededor de 260 millones de dólares a la realización de proyectos relacionados con eficiencia energética, energías renovables y transporte sostenible, todo como parte de la Convención sobre el Cambio Climático.
Un dato preocupante frente al cual la ONU está trabajando es que el 80% de las principales poblaciones de peces comerciales del mundo se ha explotado hasta llegar a alcanzar, e incluso rebasar su límite máximo sostenible.
En este sentido, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, (FAO, por sus siglas en inglés), desarrolla un seguimiento de la producción pesquera mundial y el estado de las poblaciones de peces salvajes.
La FAO también colabora con los países para optimizar la ordenación de los recursos pesqueros, terminar con la pesca ilegal, impulsar el comercio internacional del pescado y proteger las especies y los entornos frágiles.
Otros convenios y planes de acción de las Naciones Unidas intentan contribuir en la preservación de la diversidad biológica, proteger las especies en peligro de extinción, luchar contra la desertificación, limpiar los mares y frenar los movimientos transfronterizos de desechos peligrosos.
Uno de esos convenios es el de Estocolmo sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes que tiene por objeto “librar al mundo de algunos de los productos químicos más peligrosos jamás creados”.
Pero al mismo tiempo, y a partir de los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU, otras iniciativas han surgido para medir, analizar y estudiar lo positivo que algunos países están haciendo para cuidar el medio ambiente.
Uno de ellos es el Índice de Desempeño Ambiental (EPI Enviromental Performance Index por sus siglas en inglés).
Los países más eco-amigables
El Índice de Desempeño Ambiental (EPI) es un estudio realizado por el Centro de Yale para la Ley y Política Ambiental que se aplica a nivel global de los países que mejor cuidan el medio ambiente.
Se trata de un ranking basado en la evaluación de las políticas ambientales de 180 naciones que indica cuáles son los países más eco-amigables.
Finlandia es uno de los más importantes en la lista por ser un país en el que existe un firme compromiso para alcanzar una sociedad sin carbono. El objetivo de esta nación es consumir el 38% de la energía final procedente de fuentes renovables para 2020 y todo indica que va a lograrlo.
Pero en los últimos años otros países han figurado notablemente en la medición del EPI.
Por ejemplo, Suiza, que ocupa el primer lugar en la edición 2018, ha obtenido en tiempos recientes la excelencia en impactos a la salud concernientes con el medio ambiente, con 100% en temas relacionados con agua y saneamiento, lo que significa que trata la totalidad del agua que consume, así como un 100% en biodiversidad y hábitat.
Luxemburgo ha tenido idénticas cifras mientras que Australia alcanzó casi la excelencia en calidad del aire y 100% en agua y saneamiento, aunque un nada plausible 47% en clima y energía.
Un país que destaca en la lista por encontrarse en el sureste asiático y ser una nación en desarrollo, es Singapur, que en mediciones recientes obtuvo un 100% en biodiversidad y hábitat y en agua y saneamiento.
Otros países que destacan en las mediciones EPI son República Checa con un relevante puntaje en biodiversidad y hábitat, agua y saneamiento e impactos ambientales, Alemania con alto puntaje en el cuidado de sus aguas y biodiversidad y España, que siempre está cerca de alcanzar un 100% en calidad de aire, y en clima y energía es uno de los más elevados, con más del 80%.
Un caso digno de mencionar en la protección de ecosistemas es Austria, que posee un 100% en tratamiento de agua y en impactos a la salud, y cuya superficie abarca un 46% de bosque.
Tampoco podemos olvidar a Suecia, país experto en cultivar sus bellezas acuíferas y reconocido internacionalmente por ser una de las naciones que más dependencias de gobierno ha dispuesto para proteger al medio ambiente.
El caso de Francia es interesante porque aunque es un país muy industrializado, resalta por la buena calidad de su agua y una lucha evidente por la protección del medio ambiente.
Los menos amigables con el ambiente
Eritrea es uno de los países con peor ejercicio en el cuidado del ambiente, así como las naciones que han tenido que enfrentar conflictos armados y disturbios civiles lo que hace que la cuestión ambiental no se encuentre entre las prioridades de sus gobiernos, como es el caso de Afganistán y Somalia.
Los países europeos con la peor calificación han sido Bosnia y Herzegovina por debajo de Irak, Siria y Libia que se consideran grandes contaminadores.
Rusia es el país con más agua contaminada del planeta, por lo que menos de la mitad de su población dispone del vital líquido en forma potable.
Un dato preocupante acerca de Indonesia es que en menos de 50 años ha perdido cerca del 40% de sus bosques. También ocupa lugares importantes en especies amenazadas y en emisiones de CO2
Por su parte, Japón despunta en emisión de CO2, la polémica pesca de ballenas, y la extrema polución del agua.
Si bien es cierto que Australia tiene cifras positivas en el EPI, también se encuentra entre los diez países que más usa fertilizantes y que inutiliza más bosques.
Mientras que India se distingue como el segundo país que más contamina sus suelos con fertilizantes, y ocupa el tercer lugar en contaminación de aguas.
En América Latina, México tiene un lugar importante entre los contaminadores por la gigantesca bruma de polución que crean miles de automóviles en Ciudad de México, y por ser uno los países con mayor deforestación y especies amenazadas.
Brasil por su parte resalta por el uso de fertilizantes y emisiones de CO2, así como en contaminación de aguas, sobrepesca, por especies amenazadas y por una impresionante deforestación en la Amazonía.
Perú sobresale por el comercio ilegal de animales exóticos, sobrepesca y especies en vía de extinción
Por supuesto, Estados Unidos ocupa un nada honroso primer lugar en casi todas las categorías de naciones que dañan el ambiente con un uso indiscriminado de fertilizantes, CO2, así como en especies amenazadas y contaminación de agua.
El caso de China
Era el 4 de marzo de 2014, cuando el primer ministro de China, Li Keqiang hizo un fuerte anunció frente a la Asamblea Popular Nacional: “Declararemos la guerra a la contaminación con la misma determinación que lo hemos hecho contra la pobreza”.
Ya en 2018, ha quedado demostrado que China hablaba en serio y está ganando la batalla contra la contaminación ambiental, lo que implica que de algún modo está dejando atrás la estrategia de prevalecer el crecimiento económico sobre el medioambiente.
Ahora, esta nación puede ufanarse de que sus ciudades han reducido en promedio un 32 por ciento la concentración de partículas finas en el aire. Y todo esto lo ha hecho en cuatro años.
Una muestra evidente de ellos se observa en la ciudad de Xi'an, donde han construido un purificador de aire considerado el más grande del mundo por tener 100 metros de altura.
Al respecto, los científicos chinos afirman que la construcción de esta obra ha dado resultados tangibles.
En enero de 2018, el jefe del equipo de investigación del Instituto de Medio Ambiente de la Tierra de la Academia de Ciencias de China, Cao Junji, declaró que desde que se erigió el purificador, se han producido diez millones de metros cúbicos de aire limpio.
Próximo al purificador de Xi'an se ubica un invernadero que cubre una amplia superficie con el fin de que el aire contaminado sea absorbido.
El proceso de purificación funciona de esta manera: el aire sube por una torre atravesando gran cantidad de filtros que hacen el trabajo de limpiar y generan un aire higiénico.
Para China este es un enorme logro después de haber atravesado durante años por serios problemas de contaminación ambiental.
Problemas globales, soluciones globales
Se trata de problemas globales que, afortunadamente, están recibiendo soluciones globales en muchos países, por parte de buena cantidad gobiernos, corporaciones y organismos.
Y no podía ser para menos. El cambio climático, la escasez de agua y las emisiones de gases efecto invernadero a la atmósfera, procedentes del transporte y la industria, aumentará el número mundial de muertes y de personas expuestas a condiciones vulnerables en los próximos años.
Felizmente, el panorama no es tan sombrío, a juzgar por lo que muchas naciones están haciendo al respecto.
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